"Todos vivimos nuestro propio cuento, que es la vida".

viernes, 6 de marzo de 2015

Nadie le enseñó.


Avivaba sus llamas cada noche buscando alguna razón por la que poder perdonar. No encontraba más opciones que la rabia envuelta en una nostalgia que habitaba en ella, desde hacía un tiempo. Toda la vida anduvo por su cabeza la culpa, que pesaba más que los años de una larga vida, más que cincuenta conciencias juntas.

Lo que nunca aprendió es que hay personas que desconocen el alance de las palabras, de los gestos, de las promesas o la voz. 
Que llegan como un Big-Bang, te desmantelan por dentro y se van. Que son como olas en el mar, vienen y van a conveniencia y en sus días más agitados te producen resaca.
 Ten cuidado porque guardan su veneno dentro a la espera de soltarlo y son más dulces que la miel.

Pero es bien sabido que nadie da duros por pesetas y que sólo los valientes te acompañarán en tu camino empedrado sin esperar nada a cambio. 

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