"Todos vivimos nuestro propio cuento, que es la vida".

miércoles, 25 de febrero de 2015

La balanza.

©AlbaDíaz2015
Si los ojos son el espejo del alma, mírame. Estoy aquí.
Sujeto en la balanza del que quiere y no se deja; del poder, y no intentarlo.
Del que sueña pero no vive. Sosteniendo una copa en la mano, te digo
que no sé quien embriaga a quien.
Me dejaste a la deriva de tus besos después de aprisionar mi alma,

y ahora te vas y la dejas libre. Yo que me había acostumbrado a tus anhelos,
a la distancia. Yo que supe lo que era sentenciar la vida a tu vera. 
 Tú decides dejarla libre.

Vulnerable al sabor de otra piel, al sentir de otro cuerpo, al latir de otro corazón.
Un compás que supo amargo al principio, como si del cítrico de mil limones se tratase.
Después la acidez se volvió agridulce y fue ganando terreno, lo confieso, 
hasta llamar a la puerta de la dulzura.

La dulzura tenía otro cuerpo muy distinto al tuyo, unos ojos color miel y un querer
suficientemente intenso como para ser capaz de endulzar la amargura que tú habías dejado en mi vida.


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