"Todos vivimos nuestro propio cuento, que es la vida".

jueves, 19 de febrero de 2015

El tren de las cinco.

        Abrió la puerta entre lunas y pensó que algún día podría alcanzar las estrellas.
Entre nubes de algodón soñaba despierto con ella. Cada noche de sus días recordaba 
ese tren de las cinco de la tarde que, como cada semana, le llevaba de vuelta a su casa.
©AlbaDíaz2015
Desprendía un aroma a Lavanda y el olor del café que sostenía en la mano después de una  larga jornada de trabajo.

Él llegaba todos los días un poco antes a la estación sólo para verla, el tren (como no) abarrotado de gente; pero para él sólo estaba ella. No sabía que él la observaba, él no sabía que ella le esperaba.

Le esperaba desde hace días, meses, años y una vida, le esperaba sin saberlo en aquel tren cada día.

Hoy era un día diferente. Llevaba sus mejores galas, su mejor corbata, una camisa blanca de algodón, unos pantalones planchados, su maletín y los zapatos de siempre. Pero esta vez, portaba unas orquídeas blancas, 36 para ser exactos.

 Una orquídea por cada mes que la había estado esperando, por cada día que había llegado 15 minutos antes para verla, para encontrarse con ella en el tren de las cinco. Se abrieron las puertas del tren, ella entró primero, él unos segundos después... se colocó a su lado y le entregó el ramo de orquídeas - "para ti"- le dijo. 

Ella sorprendida, se dispuso a leer la nota que había entre las flores... - " Gracias por coger el tren de las cinco"-.



No hay comentarios:

Publicar un comentario